La Eficiencia Energética ya no es una moda ni un gesto extraordinario. Una alta concienciación ha hecho posible que se haya convertido en prioridad absoluta en las agendas políticas y en el día a día del usuario. El objetivo es huir de las garras de las fuentes energéticas tradicionales, no solo por su precio, o por la dependencia energética del exterior, sino también por el impacto ambiental, un problema que del cada vez somos más conscientes, y que nos preocupa a todos. La eficiencia energética es la optimización del consumo energético con el objetivo de conseguir unas determinadas condiciones de confort y niveles de servicio con el mínimo de gasto y daño al medio ambiente.
Si nos decidimos a unirnos a esta práctica, cada vez más abrazada, conseguiremos reducir los gastos de energía en los hogares y los de producción en las empresas, mejorando su competitividad. España tiene actualmente una dependencia energética del 80 %, que podremos ir reduciendo entre todos, al tiempo que ayudamos a disminuir el consumo de recursos naturales y el deterioro de nuestra atmósfera y su preciado aire. Nuestro plan energético eficiente reducirá el impacto de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) al tiempo que nos permitirá ahorrar en nuestra factura. En ese sentido el Marco para el clima y la energía del año 2007 señalaba como objetivos para el año 2020 reducir en un 20% la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (en relación con los niveles de 1990), similar reducción de consumo de energía y alcanzar el 20% de energía primaria consumida a través de fuentes renovables.
Algunos gestos de eficiencia energética en el hogar son: sustituir la bombillas por sistema LED, adquirir electrodomésticos fijándonos en el etiquetado y eligiendo las clases A+, A++, A+++), aislar adecuadamente la vivienda, desenchufar los “stand by”, evitar fugas energéticas e instalar sistemas de energía renovables que nos ayuden en nuestros objetivos.